Dice esta madre en su carta: "Maldita sociedad esta que no sabe sino
correr. Que solo se mide en resultados, que no tolera el fracaso, que no
acepta sino a quienes ella ha moldeado y considera merecedores de unos
resultados que solo ella otorga o deniega. Qué pena de infancia,
relegado el tiempo de los niños solo a la jornada escolar y a un sinfín
de estímulos a través de extraescolares y vivencias dirigidas. Todo
destinado a tener niños que no paren nunca. Niños hiperestimulados,
niños compitiendo, niños en constante carrera… Carrera que a veces
presenta más obstáculos de los que debiera, en un intento de ser
competitivos y sobresalir, para asegurar unos futuros resultados y
posiciones."
Posiciones que, en la mayoría de los casos, no son más que
zanahorias en la punta de un palo seco. Y, entretanto, la Universidad y
el mercado laboral llevando esta vorágine hasta el extremo. Hasta que la
gente se ponga de acuerdo para gritar al unísomo "¡El emperador va
desnudo!"
http://elpais.com/elpais/2016/06/20/actualidad/1466424654_095954.html
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