A Tita Cervera se le puede reprochar cualquier cosa, menos que le falte ojo y buen gusto a la hora de escoger obras de arte. Su museo en Málaga es como una cajita de música. Cada sala que abres contiene una melodía diferente, pero de antemano sabes que te gustarán todas. ¡Y cuántas alhajas esconden!...
Para mí ha sido, además, un curso acelerado de pintura. De la buena-buena, con los grandes maestros.
El Museo se ubica en el Palacio de Villalón, un edificio del siglo XVI
que depara sus sorpresas. Pero hay que ir con ojo avizor... con tanta
obra de arte, uno se olvida de mirar hacia arriba y puede perderse los
magníficos artesonados de las salas nobles y algún que otro espectro traslúcido detrás de una ventana.
Al salir, preludio de tienda, este pensamiento, de un visitante anónimo: "El arte es trabajo, venderlo es un arte".
La colección permanente se puede fotografiar, lo que es de agradecer. Mi selección tiene que ver con lo que me importa de la técnica: la luz, el reflejo y la pincelada. Y no he podido evitar enamorarne de algunas miradas...
La exposición temporal, "Días de verano. de Sorolla a Hopper", no. Pero
tengo algunas tomas de puntillas. El resto, a verlo "in person" que está
hasta el 28 de septiembre de 2015.
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