martes, 16 de febrero de 2021

Hola, buenos y soleados días de invierno!

Me he decidido a escribir esta carta porque llevo tiempo buscando empleo estable y me estoy encontrando con un muro infranqueable. Se llama "edadismo". Significa discriminación por edad. La mayoría de las plataformas de empleo, como bien sabéis, tienen algunos filtros automáticos que hacen que ciertos CV nunca pasen a la fase de selección humana. Mueren (o revolotean) en el ciberespacio.

Sinceramente, me gustaría tener la oportunidad real de participar en los procesos de selección de las ofertas que se ajustan a mi perfil. Quisiera que la edad no sea otra forma de minusvalía y expulsión laboral. Desearía no sentir que estoy fuera del mercado, de facto, por una variable que no puedo controlar y que a mí me parece fortaleza y no debilidad. ¡¡Los "mayores de 35" tenemos mucho que ofrecer!!

Concretamente, mi propuesta de valor gira en torno a la #Comunicación Corporativa e Institucional. Tengo una larga experiencia, premios periodísticos, casos de éxito y un perfil todoterreno que no se detiene. Estoy formándome en #Marketing Digital, practico los 3 idiomas que manejo, avanzo en mi Formación Continua, envío muchos CV y mi entusiasmo no decae. Yo sigo en marcha. Ojalá pronto tenga buenas noticias que contar.

https://www.linkedin.com/in/vickyoliva/

Gracias por leer esta carta.

Un abrazo.



jueves, 14 de enero de 2021

 


Escena de Elegía, performance de #Constanza Pellicci


Enlace de la performance realizada en el #Museo de las Mujeres de Córdoba, Argentina:

https://youtu.be/nK5LfFk28DM


Querida Coti:

Eres una gran artista. De las que zamarrea fuerte sin aviso. De las que “daña” o consuela sin permiso. (Dañas como “daña” el arte genuino, el que va de tripa a tripa, de víscera a víscera, en directo, invade y hace pensar en aquello que llevas escondido y tapado, muy tapado).

He visto tu actuación y me ha erizado la piel con mensajes muy cercanos, ancestrales y actuales a la vez. Los sonidos y silencios que acompañan tu danza van haciendo mella, te atrapan y no te dejan ir.

He visto por todas partes el rostro claro de Lorca, con su temática femenina, sus encierros, sus tragedias, sus mujeres inhumanamente heridas. Federico pasea por La Casa de Bernarda Alba, con el mismo luto para todas las hermanas y el mismo encierro y la misma rabia. Buscaste la salida, como ellas. No la encontraste, como muchas más que ellas.

Fuiste la novia de Bodas de Sangre, impulsiva, alocada y transgresora, poderosamente atada por el influjo de la tragedia a la que tantas parecen destinadas.

Recorriste los estados de Yerma, la mujer estéril de vientre pero tremendamente fecunda de corazón y cielos. ¡¡La tierra está tan presente!! Barro y arcilla, semilla y páramo.

Con la presencia constante de su compañero Ramón, llora Miguel Hernández por la muerte blanca y por la vida negra. Por todas las muertes y todas las vidas.

Llora la paloma entre las ruinas por los eternos dramas femeninos. Soledad, encierro, invisibilidad, lucha estéril, desazón, búsqueda, pérdida, renuncia… Y el ave herida de la creación, que es hembra no comprendida y menos aún valorada.

Las voces siguen y siguen clamando en el desierto, entre montañas que devuelven los ecos tristes de un balazo y de un compañero muerto.

Guerra, pandemia, luto y dolor por las vidas truncadas, en un sitio vacío y solitario. Puertas que se abren y se cierran sin que nadie las habite. Sonidos extraños, museos vacíos, sillas desocupadas. ¡Tan tristes!...




jueves, 3 de diciembre de 2020

 


















Canto a la Libertad - Pablo Neruda

 

Que será de mi destino
atado hoy me encuentro
por cadenas.
Quiero ahondar en el océano
desembocar en su centro
de sirenas.
Sueño con sondear el fuego
cual pájaro remontarme
al cielo.
Quiero ser como el trigo
sentir al viento cantarme
su anhelo.

 

¡Oh libertad, libertad!
así como la cebolla
nos provocas lagrimear.

 

Dulce y altiva libertad
soberbia en cumbres altas
te encuentras aguardando
alguien temerario y osado
que se digne a conquistarte.

 

¡Oh! pero somos muy débiles
tememos y reculamos
ante tu silbido y tu nombre.
Tu mera y simple silueta
nos estremece de miedo.
¿Por qué?, nunca lo sabré
quizás ese gran enigma
se encuentre escondido
en las milenarias piedras
que reciben las caricias
de tu difuso torrente.
¡Oh libertad!

miércoles, 2 de diciembre de 2020





















Pandemia

Una presencia sutil y gigante, que ahora toma la forma de manos agitándose frente a la cámara.

O de silencio dulce, cuando una de nosotras cuenta su historia con la voz quebrada y las demás la sostienen haciendo la revolución más grande: escuchando cada palabra que sale de esa boca.

Y todo eso, sin interrumpir.

Este mundo loco, una vez más, nos da la mejor lección. Una dura lección que ninguna de nosotras podríamos haber pedido.

Si estás varada en este planeta, como nosotras, es mejor que lo sepas cuanto antes: Tú también estás haciendo un curso acelerado para cultivar la compasión.

Por el simple hecho de estar arrojada al sufrimiento propio y ajeno.

Porque alguna parte tuya se está esforzando por encontrar formas constructivas y compasivas de relacionarte con lo que duele, con lo que no puedes resolver, con la impotencia de no saber cómo ayudar lo suficiente. Con la fatiga de quedar agobiada, por momentos, ante tanta ola de emociones, noticias y desenlaces que exceden tus fuerzas.

Y con la gratitud de poder hacer al menos un poquito para aliviar o prevenir el sufrimiento 
de alguien.

Incluso si ese alguien eres tú misma.

 

Natalia Sarro

 


 


















Alguna vez, algo que me sucedió me partió el pecho y no lo hablé con nadie.

Alguna vez, me pasaron cosas que me rompieron el alma y no supe a quién pedirle ayuda, por miedo a que no me crean.

Alguna vez, sentí que lo que tenía para decir no era importante.

Pero un día hablé, fuerte, claro y con el corazón en la mano.

Un día, entendí que todos, absolutamente todos, tenemos derecho a poner en palabras todo eso que llevamos en el corazón.

Todos, absolutamente todos, tenemos derecho a cruzarnos con personas que sean una bufanda de abuela, tejida con amor, que te abriga justo cuando te empieza a doler la garganta, por no gritar a tiempo.

Y ya no duele.

Las palabras viajan y siempre existe alguien que las abraza.

Y siempre puedes decirle a alguien "yo estoy con vos".

A veces ser nido, a veces hornero.(*)

Nido de historias que buscan levantar vuelo, alas que por fin liberan el pasado para escribir nuevos destinos sin tanto peso.

CinWololo


(*) El hornero es un pájaro albañil que construye su nido de barro. Su casita tiene dos habitaciones.


La princesa que aprendió a llorar




Había una vez una princesa que vivía en un castillo de naipes. 

Disponía de miles de alcobas y cientos de salones, pasillos y dependencias para jugar. 

¡Cuidado, princesa, no pises el as de corazones!...

Se paseaba continuamente por sus dominios, yendo y viniendo, de aquí para allá, sin preocuparse en absoluto de nada más. Ella era solo movimiento. 

Así había vivido toda la vida y le parecía normal. Hasta que un día se levantó un viento fuerte. Muy fuerte. Super fuerte. Y su castillo inmenso se vino abajo.

Ella amaneció sentada sobre un montón de cartas. No sabía qué hacer.

Recogió el as de corazones, lo apretó contra su pecho y comenzó a llorar.

viernes, 14 de julio de 2017

Mujeres de fuego y otras vivencias


Del 15 de julio al 14 de septiembre de 2017

“Mujeres de fuego y otras vivencias”

Exposición de Susana Pasqualis en La Tetería de #RivasCalle Jovellanos esquina Avenida José Hierro. 


Susana Pasqualis es una artista de Córdoba, Argentina, con más de 30 años de trayectoria en la pintura. Se formó en el taller de Miguel Mullins, importante pintor, escultor y docente cordobés.

Susana Pasqualis trabaja sobre todo el óleo, pero también incursiona en el grabado, la tiza pastel y el collage. Su tema preferido es la figura humana, aunque ha realizado numerosos paisajes.

Dentro del retrato, Susana Pasqualis prefiere los rostros de aborígenes, los niños y las mujeres de raza negra. Ha expuesto en muestras colectivas en Córdoba. “Mujeres de fuego y otras vivencias” es su primera exposición fuera de Argentina.

Susana Pasqualis es mi madre.