miércoles, 2 de diciembre de 2020


La princesa que aprendió a llorar




Había una vez una princesa que vivía en un castillo de naipes. 

Disponía de miles de alcobas y cientos de salones, pasillos y dependencias para jugar. 

¡Cuidado, princesa, no pises el as de corazones!...

Se paseaba continuamente por sus dominios, yendo y viniendo, de aquí para allá, sin preocuparse en absoluto de nada más. Ella era solo movimiento. 

Así había vivido toda la vida y le parecía normal. Hasta que un día se levantó un viento fuerte. Muy fuerte. Super fuerte. Y su castillo inmenso se vino abajo.

Ella amaneció sentada sobre un montón de cartas. No sabía qué hacer.

Recogió el as de corazones, lo apretó contra su pecho y comenzó a llorar.

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