"Casa tomada" es un premonitorio cuento que Julio
Cortázar escribió en 1951. Si tenéis unos minutos, vale la pena
releerlo.
http://www.lainsignia.org/2001/enero/cul_031.htm
Dos hermanos son expulsados de
su propia casa familiar a causa de “algo” que se va apoderando de ella y
que va
desplazándolos poco a poco hasta dejarlos en la calle. Los
protagonistas se resignan, no oponen resistencia. Lamentan las pérdidas
que les ocasiona ese "algo" cada vez que se apropia de una parte de la
casa, pero no se hacen preguntas, no se rebelan, no se enfrentan. Ambos
viven la situación como si nada grave estuviera pasando, no se muestran
asustados, al contrario, parece que consideran que merecen el desahucio. Encajan la apropiación como un golpe normal e irremediable. Cuando finalmente la casa es tomada por completo, no tienen más remedio
que dejarla,
llevándose lo puesto, un reloj y la llave de la puerta. Una llave de la
que se deshacen, tirándola por la alcantarilla.
Recuerdo que "Casa tomada" me impactó fuertemente cuando lo leí por primera vez. Y ese impacto hizo que perdurara en mi memoria como un símbolo. "Casa tomada" es la metáfora de la pasividad ante la injusticia, el retrato de la inacción ante el sinsentido.
Por las mismas fechas, Bertold Brecht confesaba: “Primero vinieron a por los judíos y no dije nada porque no era judío.
Después vinieron a por los comunistas y no dije nada porque no era
comunista. Más tarde vinieron a por los sindicalistas y no dije nada
porque no era sindicalista. Luego vinieron a por los católicos y no dije
nada porque era protestante. A continuación vinieron a por mí,
reaccioné y grité, pero ya era demasiado tarde: no quedaba nadie que
hiciese algo por mí."
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