domingo, 16 de febrero de 2014

El emperador (de la prensa) va desnudo





Los profesionales de Liberation han sido el niño que se ha atrevido a gritar que el emperador va desnudo. Ha dimitido el director, pero los verdaderos titiriteros son los accionistas. Este artículo da escalofríos.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/13/television/1392296953_846565.html


En un solo párrafo define la situación que atraviesa la prensa actual y lo clava: "Libération arrastra desde hace cinco años una crisis similar a la que sufren muchos otros periódicos: descenso de la publicidad y de las ventas reales en la edición de papel; pérdida de calidad y de independencia; recortes financieros y de personal, primando el perfil digital sobre el periodístico, y confusión entre cantidad y calidad, y entre comunicación e información en la web." 

Como véis, va de menor a mayor. Al final están los verdaderos problemas, que no dejan de ser deontológicos. El medio de comunicación que esté libre de esto, que tire la primera piedra.

Ya nadie se engaña: nuestra profesión se está yendo al garete. Estamos cambiando de Galaxia. Como cuando apareció Gutemberg... ¿os acordáis? No, no os acordáis porque no lo vivimos. De eso se trata. Lo que se viene es otra galaxia. Entonces, dejemos de "reciclarnos" y empecemos a "inventarnos". Esta reflexión que hace un periodista del sector de las nuevas tecnologías vale, casi casi, para cualquier especialidad periodística:

http://hastalosmegapixeles.com/somos-periodistas/


Rescato este párrafo: "Pues sí, periodismo. En realidad no tiene ningún misterio. Contar algo y hacerlo lo mejor posible. Contextualizar. Citar fuentes. Comprobar. Separar datos de opinión. Y rumores de hechos. Y publicidad -en cualquier de sus formatos- de contenido propio. Y no ser nunca los protagonistas de la historia. E intentar cobrar por darle a la tecla. Y si puede ser algo digno, mejor. Apuntar siempre arriba cuando haya que soltar hostias. Y no tomar el pelo a los que nos leen.
Al fin y al cabo somos eso. Ni gurús, ni influencers, ni palmeros, ni los que escriben eso que va entre anuncio y anuncio." (Los maquetadores dicen: "La noticia, esa mancha gris que rodea a las fotos...")

"A veces veía la luz al final del túnel... pues era la locomotora que se me venía encima", dijo una directiva cierta vez. Duro, ¿eh? Pues eso parece que le está pasando a la prensa y a la "industria" cultural en general. No se salva nadie. Internet ha venido para quedarse y para cambiarnos la vida. Los años pasan y la "solución" no aparece. Ni los planes estratégicos de las empresas ni las ideas de bombero que se le ocurren al Gobierno son otra cosa que manotones de ahogado. 

El equipo de Zapatero se sacó de la manga un proyecto por el cual las operadoras telefónicas debían mantener a las televisiones a través de una tasa. El equipo de Rajoy quiere que Google pague por los contenidos. A mí, todo lo que sea "ayuda del Estado" me huele a doble intención.

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/15/actualidad/1392502697_725949.html

Interesante. El patio está cada vez más interesante. Cada día más parecido al escenario orweliano de "1984". Por ahí van los tiros. Sólo que, de momento, todos disparan al aire y son balas de fogueo... al menos lo parecen. (Salvo las de la Guardia Civil en Ceuta, que fueron balas de goma y dispararon al agua, dando por casualidad a algún que otro subsahariano que acabó ahogándose.)

En fin. Siempre que reflexiono sobre estos temas me viene a la cabeza un pequeño libro que editó hace tiempo el máximo responsable de la FNAC, el gran supermercado de la cultura. Se titulaba "La gratuidad es el delito". ¡Tan cierto! No es la copia pirata el enemigo. Es la nueva cultura instaurada por Internet que pretende que todo lo tengamos a nuestra disposición en una milésima de segundo. Y, además, gratis. Así, al final de la cadena, se pretende - lógicamente - que la gente trabaje gratis o, en el mejor de los casos, por unos sueldos de hambre. 

Había una vez un señor que inventó la nevera. Hasta entonces, todo el mundo compraba barras de hielo para mantener los productos frescos. Cuando la gente probó la nevera, dejó de comprar - lógicamente - barras de hielo. Y el empresario que vendía barras de hielo se querelló contra el inventor de la nevera. Quería que los jueces prohibieran la fabricación de semejantes artilugios, que atentaban contra su negocio. Como no consiguió nada por esta vía, acabó fabricando neveras. O declarándose en quiebra, haciendo un ERE y cerrando el chiringuito... 

No recuerdo bien el final de su historia, pero es igual, a lo que iba: Algo de eso parece que están intentando hacer los accionistas de Liberation. Pero la redacción se ha puesto en huelga y les ha contestado que ellos son periodistas. Que no van a entrar por el aro y que no piensan fabricar neveras. 

Continuará.

Mientras tanto, en la acera completamente opuesta, y sin que sirva de precedente, amigos periodistas, os recomiendo sinceramente esta entrevista:

http://cultura.elpais.com/cultura/2014/02/15/actualidad/1392488387_415955.html


Feliz semana.

1 comentario:

Unknown dijo...

Qué bien escribes,y qué clarito.
La entrevista a Saviano... estremecedora. Me encanta ese hombre y le ví tan débil, tan humano... qué difícil es ser íntegro.
Besos
Criss